La vivienda se encuentra ubicada en una urbanización privada de muy baja densidad con predominio de grandes espacios libres ajardinados y abundante arbolado de gran porte. En dicho entorno se encuentra una vivienda preexistente de los años 70, de escasa calidad constructiva (de la que únicamente se aprovecha parcialmente la estructura), y una implantación con orientación peculiar en relación a la forma de la parcela a modo de diamante.

La respuesta inicial consiste en completar íntegramente el prisma preexistente para, a modo de escultura, modelar un volumen completo de mármol travertino y, posteriormente, esculpir tanto en horizontal (plantas) como en vertical (alzados) cada vaciado cúbico, originando así desde el acceso a la vivienda hasta cada una de las terrazas de la misma.

De esta forma, se genera un único volumen puro, de gran rotundidad geométrica, que responde con grandes vacíos a las necesidades funcionales de cada elemento programático de la vivienda. El primer vacío se corresponde con el propio acceso a la vivienda (quedando únicamente completada la planta cuadrada en el nivel semisótano). Del mismo modo, en planta segunda, cada hueco cenital da lugar a una terraza privativa que actúa como filtro para cada uno de los dormitorios principales. Igualmente, en alzado, cada estancia cuenta con un hueco cuadrado cuya posición, tamaño y sistema de apertura responde a la necesidad funcional específica.

El ángulo de rotación a 45º de la vivienda con respecto a la parcela permite prolongar la relación interior-exterior con mayor profundidad en los cuatro lados de la misma. De igual modo, el programa se distribuye en sección con los diferentes usos albergando en planta semisótano la zona de aparcamiento y ocio; la planta baja se destina a zona de día generando una sucesión fluida de espacios abiertos que se extienden al exterior; y en planta primera se ubica la zona de noche con sus terrazas privativas.

La rotundidad del travertino, que envuelve la vivienda de forma continua, contrasta con la riqueza de materiales en el interior, adaptada al programa funcional, variando desde pavimento continuo en aparcamiento, textil en cine, sintético en gimnasio, cerámico en zona de día o madera en zona de noche. Del mismo modo ocurre en revestimientos verticales donde predominan los panelados en nogal y los marmoleados blancos y negros.

La propia morfología esculpida de la vivienda permite contar con la iluminación natural como un material más; controlando, filtrando o tamizando la entrada de luz según uso y orientación. Y de la misma forma se trata la iluminación artificial, recurriendo a iluminación oculta, combinando secuencias lineales, circulares o puntuales en función de las necesidades de espacios interiores y exteriores. También cuenta con un sofisticado sistema de instalaciones y domótico que permite controlar todos y cada uno de los dispositivos de la vivienda (IoT). Se trata

por tanto de una vivienda pensada por y para el usuario, en la que se aplican buena parte de los principios del Well Building.

En el exterior predominan las zonas ajardinadas, creciendo tanto en intensidad como en densidad, desde el jardín de grava blanca del acceso hasta la zona de césped y arbolado próxima a la piscina, fusionándose con las masas arbóreas más cercanas del entorno.

En resumen, un proyecto con una adaptación y sensibilidad progresiva, en el que desde la pureza de un bloque de travertino, con grandes huecos vaciados, se alcanza una gran riqueza y versatilidad programática y material, tanto en interior como en exterior.